En el viaje a Portugal encontré varias
cosas soprendentes. Nada más aparcar en Oporto nos encontramos con un ovillo gigante. No le hice una foto de cerca, gran fallo el mío... Su hebra recorría toda la calle, así que la seguimos y encontramos las zapatillas de la foto. Parecía que tenían vida propia. Geniales. En el resto de la calle la gente estaba dejando su marca pintando los baldosines con
tizas de colores. Nosotras no fuimos menos. Me encantó la idea =)
En Lisboa más arte. Pero esta vez no sólo un ovillo, si no lo que véis en la foto. No sé muy bien qué es, creo que no tiene ninguna forma concreta. ¡Era gigante! Cubría una fachada tapada por obras. Tenía
trozos de tela y de ganchillo. ¡Menudo trabajo!
El hostel donde dormimos 2 días en Lisboa era chulísimo y muy acogedor. Todas las paredes estaban
pintadas en blanco y negro como se ve en las fotos. De hecho el hostel se llamaba Black & White Hostel. Los dibujos son de
Numimalicia (dejó su firma en uno de ellos). Las 2 últimas fotos son los dibujos de los baños. ¡Impresionante!
Me fascina encontrarme con este tipo de cosas...